¿EXISTE UNA RELACIÓN ENTRE LA SALUD MENTAL Y OBESIDAD EN NIÑOS, NIÑAS Y ADOLESCENTES?

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“La buena vida es un proceso, no un estado del ser. Se trata  de una dirección, no un destino”

.- Carl Rogers

Este psicólogo estadounidense dedicó gran parte de su carrera a lo que entendemos como “una buena vida” y salud mental, destacando que nunca es un estado permanente, sino que varía y se mueve con nuestro día a día. Lo mismo pasa con nuestra salud física. Nuestro bienestar no se limita a las horas de sueño, lo que comemos o el tiempo del día que dedicamos a actividad física. Nuestra mente y lo que siente con lo que vamos experimentando, están tan inmersos en nuestro buen vivir, como lo está nuestro cuerpo. Y no sólo se forman uno al lado del otro para permitirnos felicidad o tristeza, sino que están, íntimamente, mezclados. La pregunta, en ocasiones, sigue siendo cuál afecta cuál.

Hace unas semanas, se publicó en la revista médica Nutrition Reviews, un artículo llamado “Obesidad y su asociación con salud mental entre niños y adolescentes mexicanos: revisión sistemática”. Un grupo de investigadores analizó 13 diferentes bases de datos y un buscador que presentaban la población mexicana de niños y adolescentes y los diferentes factores que podían probar o rechazar la relación entre obesidad y salud mental. De los resultados que obtuvieron, es necesario recalcar tres, principalmente.

Primero, tanto la obesidad, como los problemas de salud mental, tienen implicaciones en tu bienestar y pueden llegar a afectarte, incluso, en tu adultez. Los niños y adolescentes con obesidad tienden a una mayor estigmatización por parte de sus compañeros, lo que puede conducir a problemas como depresión o ansiedad, afectando, como sería de esperarse, su bienestar general. Por otra parte, las condiciones mentales o emocionales sin atender podrían tener un efecto negativo en tu peso, así como llevarte a un bajo rendimiento académico, uso peligroso de sustancias y problemas de funcionamiento social, creando un círculo vicioso.

El segundo punto que reflejaron los estudios fue que, si bien los problemas mentales afectan tanto a hombres, como a mujeres, las mujeres presentan una mayor tendencia a la depresión y ansiedad. Se hiló esto al peso cuando se demostró que esta tendencia se incrementaba según iban subiendo los niveles de obesidad. Se explicó que las mujeres suelen percibir una mayor insatisfacción con su cuerpo, por lo que su salud mental se ve más intensamente golpeada por lo que se comente, vea, sienta o exprese de él. 

Por último, se puntualizó sobre las campañas relacionadas a sobrepeso en México. Se subrayó que nuestras campañas sobre prevención y tratamiento de obesidad buscan o promueven cambios en el peso a través de actividad física, chequeos médicos constantes, cambios en la alimentación, etc. Sin embargo, dejan de lado su relación con la salud mental como detonador o como consecuencia. Para un bienestar íntegro, debemos evitar tratar temas como estos por separado. Existen ya campañas que promueven los 30 minutos de ejercicio al día, ejemplos como subir o bajar escaleras o realizar actividad física con elementos mundanos, etc. Necesitamos que los esfuerzos por la salud sean completos, ya que las vivencias en la niñez y la adolescencia pueden prevalecer hasta la etapa adulta, llegando, en ocasiones, a aumentar las posibilidades de suicido, la segunda causa actual de muerte en gente joven.

CONCLUSIONES

Tras la revisión del artículo se puede inferir, aunque no de manera concluyente, que existe un vínculo entre obesidad y salud mental. Existen muchos artículos y análisis alrededor de esta asociación y su magnitud, pero ninguno que haya logrado demostrarla o refutarla más a fondo. A pesar de esto, si se cuenta con suficiente información para reconocer la conexión. Ésta no permite que ninguno, ni el peso ni la salud mental, sea pleno si el otro no lo es también.

Hoy día, ambos afectan, cada vez más, a niños y adolescentes en todo el mundo. En México, específicamente, el 8% de los infantes (0-4 años), 35% de los niños (5-11 años) y 40% de los adolescentes (12-19 años) tienen obesidad o sobrepeso. El 40% de los adolescentes (12-17) tienen algún desorden mental. La salud integral debe ser un tema prioritario  y tenemos que atacarlo de todas las esferas. No importando qué fue primero, si el huevo o la gallina.

FUENTES

Godina-Flores, N.L., Yunuen Gutierrez-Gómez, Y., García-BotelloM M., López-Cruz, L., Moreno-García, C.F., Aceves-Martins, M., “Obesity and its association with mental health among Mexican children and adolescents: systematic review”, Nutrition Reviews, 2022;, nuac083, https://doi.org/10.1093/nutrit/nuac083

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