Por su nombre, sabemos a lo que se refieren. Son aquellas que eliminan o limitan los alimentos de origen animal. Hay más de un tipo, ya que el término abarca más a una gama de posibilidades que a un camino único:

Las dietas basadas en plantas pueden aportar más fibra, vitaminas, antioxidantes y carbohidratos que una dieta omnívora. Además, contribuyen a la sustentabilidad ambiental y disminuyen el riesgo de padecer algunas enfermedades crónicas. Sin embargo, se enfrentan a más desafíos como la poca disponibilidad de comida durante viajes, molestias gastrointestinales, saciedad temprana por mayor consumo de fibra y consumo elevado de alimentos bajos en energía. Por lo mismo, las personas que lleven esta dieta deben poner una mayor atención a la manera en la que se alimentan, asegurándose de cumplir con las especificaciones que requiere este modo de vida.
Y… ¿para los deportistas es buena opción?
Lo que un atleta come es crucial en su desarrollo deportivo y cada uno, según su deporte y características físicas, debe considerar los efectos que una dieta a base de plantas puede tener en tu resistencia, perfil férrico, resistencia, masa ósea, estrés oxidativo y músculos como se muestra en la siguiente imagen:

Por eso, y ante todo, debes mantenerte en constante comunicación con tu nutriólogo o nutrióloga, sobre todo, si realizarás algún cambio drástico en la alimentación.